Te liberé de
lo que solía ser perfecto.
Te liberé de
lo que nos unió alguna vez.
Te liberé de
los sentimientos que pudieron nacer.
Te liberé de
nuestras igualdades e ideales.
Te liberé de
mis anhelos y recuerdos.
Te liberé de
mi soledad y agonía.
Te liberé de
mis historias, de las melodías, de los tragos sin azúcar, de las escrituras;
si, de nuestro mundo de letras de nuestro mundo de libros de ese también te liberé.
Te liberé del tiempo en que vivimos y solíamos esperar ser sorprendidos, y que ahora nos
separa sin decir nada.
Te liberé de
las risas que solo tú y yo podíamos entender.
Te liberé de todas las confesiones que solíamos
hacer, y que un día se detuvieron.
Te liberé del adiós que nunca dijimos.
Te liberé de
tu karma y de tu felicidad infinita.
Te liberé del punto y final que decidimos tomar para este viaje triste y audaz.
A quien libera de tantas ataduras creadas por el tiempo y los buenos momentos.
ResponderEliminarhay personas que no podrán estar siempre en nuestras vidas.
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